Decía mi madre : Cuando una puerta se cierra, Dios abre ventanas de claridad. Lugo, te regalaba una enorme sonrísa, te tomaba la mano entre las suyas y decía: No te apures, que aquí está tu MADRE.
Y digo yo: No es Dios. Es uno mismo el que decide cerrar puertas y abrir ventanas.
"Te amo como como la planta que no florece y lleva dentro de sí, escondida, la luz de aquellas flores, y gracias a tu amor vive oscuro en mi cuerpo el apretado aroma que escondió de la tierra"